Los seguros son una forma de estar protegidos frente a los riesgos a los que nos exponemos en el día a día.
Los seguros son contratos elaborados de buena fe, mediante los cuales una sociedad de seguros, debidamente autorizada para el ejercicio de esa actividad, se compromete a satisfacer al asegurado una prestación determinada, una renta o un capital, en el caso de que se produzca un evento futuro previsto en la póliza, a cambio de que el asegurado pague la prima. Véase también Contrato de Seguro
En los seguros, el Tomador del seguro o comprador paga una prima por adelantado a cambio de un posible servicio o prestación futura, sin embargo, la protección realmente comienza desde el mismo instante en que se formaliza el contrato de seguro.
Las distintas modalidades de los contratos de seguros, en defecto de otra ley que les sea aplicable, se rigen por la Ley de Contrato de Seguro, cuyos preceptos tienen carácter imperativo, a no ser que en ellos se disponga otra cosa.
Los contratos de seguros son nulos, salvo en los casos previstos por la ley, si en el momento de su conclusión no existía el riesgo o había ocurrido el siniestro.
Tener contratado un seguro es fundamental para estar protegido porque hay hechos o situaciones accidentales adversas que, cuando suceden, provocan importantes perjuicios. Los seguros son un medio eficaz de protección. Se basan en la transferencia de los riesgos a las entidades aseguradoras que son las que se encargan de indemnizar el perjuicio que se produce por la ocurrencia del siniestro o evento previsto en el contrato de seguros.
¿Dónde puedo comprar mis seguros?
La red de venta de seguros es muy amplia. Puedes comprar tus seguros directamente a la entidad aseguradora en sus oficinas, a través de su web o llamando a su centro de atención telefónica. Otra opción es hacerlo a través de mediadores de seguros autorizados.